Están siendo unos días regulinchis en casa porque no sé qué le ocurre a mi perra nonagenaria, aka el pequeño psicodrama peludo. Siempre ha sido miedosa (la encontramos en la calle siendo un cachorro del tamaño de un hámster), pero en casa siempre se ha encontrado bien, en su lugar seguro. Y estos días no quiere bajar a hacer pis ni caca, apenas come o bebe y se pasa el día metida debajo del hueco exiguo que hay entre el sofá y el suelo, que es de todo menos cómodo y se la oye retorcerse, pero es lo que ha elegido. Así que, para distraerme de este tiempo de estar pendiente del psicodrama y olvidar mis penas y preocupaciones mientras llega el lunes, cuando la llevamos al veterinario, he empezado el spooktober antes de la cuenta y, para distraerme también, pues he decidido contaros las películas que me he visto últimamente. En esta casa de góticos y filogóticos es Halloween todo el año, como dicen Ministry, y de cine lo que más vemos con diferencia es terror, pero lo voy a contar como spooktober igual porque para eso es mi juego y me invento las reglas. Busqué una de esas listas de «las mejores pelis de terror en lo que llevamos de 2025» y decidí verme unas cuantas sin mirar atrás para pasar mejor la angustia existencial. Voy a ver si hago memoria. Sin orden particular…
Heretic (2024)

A ver cómo os explico. Podría haberse llamado Mansplaining: la película. La premisa es que a casa de Hugh Grant van dos jóvenes, ingenuas (una más que otra) y simpáticas mormonas para contarle cosas de su Señor y Salvador a un hombre en una casa y al final la turra se la llevan ellas. Hugh Grant interpreta a un hombre que necesita todo el rato explicarles lo que es la religión, con conceptos vagos cogidos con pinzas que trata de pasar como teología profunda y meditada y que en cambio parecen más una crítica «de los bollos», que decimos en casa de todo lo que es simple y cutre. ¡El hombre no deja de explicar cosas! ¡Le encanta oírse! Y supongo que la única forma que tiene de que alguien le escuche (¿spoiler alert?) es encerrando a las muchachas en casa para obligarlas a hacerlo. Me gustó mucho la escena inicial donde las chicas hablan de porn-o-grapahy, donde supongo que ya se establecía que la película iba de gente que habla, pero hubiera preferido escuchar a las dos hermanas que al tío pesado creyéndose listísimo. No puedo decir que lo pasara mal viéndola, me entretuvo, pero el concepto le queda grande como la ropa prestada de un hermano cinco años mayor.
Weapons (2025)

Supuestamente, la mejor película de terror del año. ¡Quién soy yo para decir lo contrario! Desde luego, mucho mejor que Heretic. ¿Mejor que Sinners? No lo sé. Sinners me gustó mucho también la primera parte, y la escena del baile me pareció memorable. Aquí me fallaron las expectativas, porque, siendo una gran película, pensé que sería mejor. Y eso no es culpa de la película. Tenía muchísimas ganas de verla porque Barbarian, la anterior película (y, si no recuerdo mal, opera prima) de Zach Cregger me encantó. Así que echémosle la culpa a las expectativas. La premisa desde luego es intrigante: una noche desaparecen todos los niños de una clase y no se les vuelve a ver. Todos menos uno. Ahí empiezan a diseminarse la paranoia y la conspiranoia. Abrir la caja de los misterios a veces es tan complicado como dejarla cerrada, pues el misterio igual no está a la altura de la promesa que el misterio ofrece. Pero ¿no es esa la premisa que está detrás de la conspiranoia? ¿Que detrás de todas las teorías sobre equis o zeta lo que está detrás del misterio es casi siempre más decepcionante y aburrido que el misterio en sí? Me gusta pensar en esos términos sobre la película. No en vano, con el personaje de Justine (una mujer soltera, encima), a la que la comunidad en busca de un chivo expiatorio tilda de «bruja», se desentierran varias capas de pasado de cazas de brujas de la historia de EE UU. Tiene una resolución que, en términos emocionales y no narrativos, resulta satisfactoria pero no del todo: es decir, no tenemos una catarsis completa porque sigue quedando un pozo de tristeza que el humor de la película no borra del todo.
Together (2025)

Hablando de sorpresas, ha sido la sorpresa del año, porque no sabía de la existencia de esta película. Y hablando de misterios, esta es una película a la que le habría quitado la explicación de lo sobrenatural (que sí me pareció muy de los bollos e innecesaria para lo que es la película en sí) y creo que manteniendo ese misterio sin buscar una causa de nada habría resultado fetén. Es una comedia de horror corporal que pone a prueba una relación de pareja en la vida real (Alison Brie y Dave Franco) creando momentos que van desde lo embarazoso, cómico y terrorífico al mismo tiempo. Una entidad sobrenatural busca que dos personas se conviertan verdaderamente en una sola (no es que sea tremendo spoiler cuando la primera escena de la película ya lo adelante y no hay cartel que no lo sugiera) y, bueno, os podéis imaginar. Ya digo, desconocía la existencia de esta película hasta hace poco más de una semana y ha sido una grata experiencia salvo por dos o tres cosas del guión que a mi parecer restan más que suman, la colección de momentos de mirar a través de los deditos de la mano que te has puesto en la cara hicieron que verla fuese muy disfrutable incluso a pesar de las cosas del guión que me sobraron.
Companion (2025)

Otra película cuya existencia desconocía hasta hace una semana, y otra película de terror más protagonizada por Sophie Tatcher, que parece la nueva Mia Goth (fascinada con el rostro de Sophie me hallo y encima con esa maravillosa voz ronca de fumar Ducados). La premisa de la película, que se supone que se descubre en un giro, es difícil de eludir cuando hasta el póster de la película te lo da a entender: que Iris es una compañera artificial, una fembot de tecnología avanzada a la que le puedes poner en los ajustes el tipo de inteligencia que quieres que tenga, del 0 al 100. Imaginad en qué rango de inteligencia ha elegido nuestro querido hombre protagonista: sí, él las prefiere un poco estúpidas. En estos tiempos en los que la misoginia de la fantasía trad wife parece haber resurgido, me ha resultado muy difícil no leerla como una peli de terror que va del horror que se esconde detrás de ser una trad wife: la pesadilla de complacer los deseos masculinos. Toda la película es, destilando décadas de películas con portagonistas y temas parecidos, una alegoría poco sutil pero muy disfrutable del despertar feminista de una mujer, con un guiño al «amiga, date cuenta» al final.
Get Away (2024)

Dios santo, no sé ni por dónde empezar. No entiendo cómo llegó está película a la lista, porque aunque sea otra de esas comedias un poco gores de terror que no están hechas para tomarlas muy en serio, el humor me ha parecido tan de Benny Hill que no he conectado en absoluto con ella. Perpleja también me ha dejado la política detrás de la película: ¿es una sátira del turista británico?, ¿un comentario de las ansiedades británicas post-brexit?, ¿el pasado imperialista de la nación cabritish? Desde luego hay una sátira de lo que se ha venido en llamar folk horror y parte de los clichés del género (incautos que terminan en una pequeña comunidad extranjera, o lo bastante lejana de la metrópolis como para considerarse extranjera, ajenos a sus costumbres), igual con la pretensión de trasladar la idea de que los malos somos nosotros siempre, y no el otro. Francamente, ni idea. Supongo que tanta vergüenza ajena o eso que ahora llamamos cringe no es para mí.
Presence (2025)

Esta sería una de esas pelis en las que miles de fans del género gritan al unísono: ¡pero que no lo llamen terrooooor! Porque no da miedo, es cierto. Y también porque la película no quiere exactamente contar una historia de miedo que dé miedo, aunque no le falten elementos del género, sino jugar con los recursos de un género como el de las casas encantadas sin zambullirse en todos los tropos. Y, al ver que era de Soderbergh, pues me dije: palante. Y me pareció muy disfrutable. Todo está narrado con planos subjetivos donde lo que ve cámara representa lo que ve la presencia que habita la casa, un recurso que en sí mismo no es megaoriginal (ya hemos visto esos planos subjetivos, sin ir más lejos, en el primer Halloween), pero al mantenerlo toda la película resulta bastante menos «en tu cara» y más contenido, dándole un aire melancólico a toda la película. La soledad del fantasma. Me ha gustado todo el ambiente mundano del drama doméstico que tampoco necesita más fanfarrias para funcionar, sin grandes sustos ni grandes revelaciones. La película es como un buen canapé y sabe que lo es.
Drop (2025)

Supongo que esta encajaría mejor como thriller psicológico que como terror, pero estaba en la lista y yo soy, a veces, muy obediente. No tengo mucho que decir de ella. Es un thriller de estos tecnológicos donde una mujer tiene que hacer lo que un desconocido le dice que haga a través de mensajes de texto durante una cita para cenar o matan a su hijo. Me pareció muy peli de Antena 3 después de comer, que te la ves en tu torpor y no te molesta, pero poco más.
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Y eso sería todo, amigas. Durante el año también he visto otras como Bring Her Back (de la que no esperaba nada y me gustó más de lo que en un principio anticipé, aunque Talk To Me me pareció superior), The Damned (si Presence es un canapé este sería un postre ligero), que no tardé en ver porque me dicen «terror en Islandia» y ya estoy poniendo las palomitas, Sinners, 28 Years Later (la única de todas que he visto en el cine y, bueno, vale…; el año pasado volví a ver la primera y me pareció decepcionante comparada con el recuerdo que tenía de ella) y alguna más que no recuerdo. De aquí a que acabe verdaderamente el spooktober seguramente caiga alguna más porque en esta casa tenemos fijación con el terror. O, al menos, con cierto tipo de terror.
Ahora, con vuestor permiso, me vuelvo a mi pequeño psicodrama peludo.